Pancho Villa escapa audazmente de prisión ©Manuel Peñafiel, escritor, investigador, productor y director de fotografía.

Pancho Villa escapa audazmente de prisión ©Manuel Peñafiel, escritor, investigador, productor y director de fotografía. Fue durante la realización de mi documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado, que en septiembre del 2002 di con el paradero de Guadalupe Villa Quezada, hija de aquel audaz revolucionario, fueron extensas las charlas que mantuve con ella, así que derivados de sus narraciones surgen estos párrafos: Durante la Revolución Mexicana de 1910, mi papá Doroteo Arango mejor conocido como Pancho Villa reunió a sus reclutas para decirles: El que quiera seguirme que venga pues, y el que no, puede irse a su casa a hacer lo que mejor le plazca. Escúchenme muchachitos mi ideal es otro que andar de forajido, anteriormente el hambre me obligó a robar vacas, pero eso quedó atrás, ahora mi destino es otro, yo no soy delincuente por nacimiento, así que, al que me siga quiero decirle que será para defender una causa noble, limpia y justa. En aquella época, el 20 de noviembre de 1910 Francisco Indalecio Madero se había declarado en guerra contra la dictadura de Porfirio Díaz. Pancho Villa al mando de la División del Norte, rápidamente adquirió popularidad entre los revolucionarios demostrando su talento para planear y ejecutar estrategias militares, culminando éstas con la toma de Ciudad Juárez. El General Victoriano Huerta celoso del rápido ascenso de Villa lo acusó de “ insubordinación y desobediencia, alegando también el robo de una yegua ”; por lo que el 7 de junio de 1912, Pancho Villa fue trasladado a la cárcel de Lecumberri en la Ciudad de México, donde fue procesado en un juicio plagado de irregularidades; ya estando a punto de ser fusilado, la intervención de Gustavo A. Madero hermano del Presidente Madero impidió que se llevara a cabo la vengativa ejecución. Aún así, Pancho Villa quedó inmerso dentro del pantano burocrático y fue destinado a una lúgubre celda sin ventilación, con solamente un pequeño hueco por donde entraba la escasa luz del amanecer. El tiempo que permanence en prisión, el revolucionario lo aprovechó para aprender a leer y escribir, de esta manera, venciendo la timidez por su rudimentaria caligrafía y ortografía, se decide a escribir una carta de su puño y letra dirigida a Francisco I. Madero recordándole que él siempre lo apoyó, expresándole la injusticia cometida en su contra, además, describiendo las miserable condiciones en la Penitenciaría de Lecumberri. Es el 7 de noviembre, cuando el destino de Pancho Villa dará un afortunado giro ya que es trasladado a la cárcel de Tlatelolco, ahí con el paso de los días, el jefe de la División del Norte entabla amistad con Carlos Jáuregui, un joven cuya ocupación era la de secretario de juzgado. Diecinueve cartas fueron las que Pancho Villa le envió al Presidente Francisco Indalecio Madero, desesperadamente agobiado por no obtener ninguna respuesta al revolucionario y a Carlos Jáuregui se les ocurre una atrevida idea para que Villa trate de escapar. Ahora estimados lectores, empleando nuestra imaginación escuchemos la voz del atrevido Pancho Villa: Estando en el penal de Taltelolco fue a visitarme el escribiente Carlos Jauregui, él se encargaba de abrir los juzgados para que hicieran la limpieza antes de que llegara el juez, teniendo la facilidad de andar libremente con el pretexto de arreglar algún expediente, siendo que durante una de las muchas visitas que me hizo, casualmente él escuchó que me iban a pasar por las armas. Carlitos Jáuregui me lo comunicó, haciéndome saber que él estaba dispuesto a dar la vida a cambio de la mía, así que usted saldrá de aquí sano y salvo, me aseguró. Al otro día, como a las diez de la mañana llegó el doctor del penal para hacer su recorrido semanal, y tal como era su costumbre, se quitó su ropa de lujo para ponerse su bata blanca; el sombrero de carrete lo colgó en el perchero lo mismo que su abrigo y el bastón. Carlos Jauregui muy atento, estaba esperando un descuido del médico para llevar a cabo nuestro plan, así que tan pronto salió el doctor, se fue sobre las prendas que habían quedado en el perchero, venciendo su nerviosismo se metió a mi celda, donde pronto me jaló plantándome el sombrero de carrete en la cabeza, me acomodó las gafas sobre la nariz y después de asegurarse de que no se me desprendieran, me acomodó el bastón en mi antebrazo. Presurosos llegamos a la puerta de salida, el miope e indolente portero sin siquiera sospechar que yo suplantaba al médico con sus prendas puestas, me comentó: Que pronto terminó hoy su consulta doctorcito. Yo no le respondí ni una palabra, sin hacer ningún comentario salí a la calle en compañía de mi protector Carlos Jauregui. Todavía se encontraba estacionado ahí el coche de alquiler que había traído al medico al reclusorio, así que prontamente lo abordamos, ordenándole al chofer: ¡ Arranque de inmediato ! Ya me imagino el barullo que armó el doctor cuando salió de sus consultas sin hallar ninguna de sus prendas, para en cambio, toparse con las que yo había usado durante mi cautiverio, y muy azorado, seguramente preguntaba a todos los guardias de aquel miserable presidio: ¿ Cómo fue posible que Pancho Villa se haya fugado, sin que nadie se percatara ? ©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual, sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y sus créditos por las fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes. https://www.youtube.com/watch?v=pFjkMHL8VB4 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados de Manuel Peñafiel https://www.youtube.com/watch?v=pigqK4rm-y0 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado de Manuel Peñafiel
©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual, sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y sus créditos por las fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes. https://www.youtube.com/watch?v=pFjkMHL8VB4 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados de Manuel Peñafiel https://www.youtube.com/watch?v=pigqK4rm-y0 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado de Manuel Peñafiel

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