La muerte de La Charrita ©Manuel Peñafiel, investigador, escritor, productor y director de fotografía.
La muerte de La Charrita
©Manuel Peñafiel, investigador, escritor, productor y director de fotografía.
Para la realización de mi documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado; viajé por extensos parajes siguiendo su pista, fue así que las indicaciones de los amables lugareños me ayudaron a encontrar a una de las hijas del revolucionario; me refiero a Guadalupe Villa Quezada con domicilio en Ciudad Delicias, Estado de Chihuahua.
Mientras charlábamos, aproveché la oportunidad para además de filmarla retratarla para mi acervo fotográfico Pancho Villa, aquellos que lo conocieron.
Lupita Villa como era por todos conocida fue amable y muy elocuente; me informó que ella fue hija de la maestra rural Aurelia Severiana Quezada Romero a la que Pancho Villa conoció cuando recorría la Sierra Tarahumara, reclutando adeptos; fue en el poblado de Nonoava, Estado de Chihuahua donde ambos decidieron cabalgar juntos; y debido a la entereza de Aurelia quien fue una verdadera Adelita, la tropa villista la llamaba cariñosamente La Charrita.
El General Villa fue asesinado el 20 de julio de 1923, que tristeza se sentía al perder un gran revolucionario, lo llevaron muy tarde a la casa de Parral, lo velamos mi linda madre La Charrita, mi papa también la llamaba así como los demás villistas.
Mi padre tenía de muerto escasos quince días cuando se presentaron en nuestro hogar unos enviados del Presidente Álvaro Obregón y del Secretario de Defensa Plutarco Elías Calles, quienes anteriormente habían planeado que el diputado duranguense Jesús Salas Barraza les pagara a los matones que acabaron con la vida de mi papá.
Aquellos hombres tocaron a la puerta, la señora de un villista abrió, ellos solamente le dijeron que eran enviados por las altas autoridades del gobierno, así que fue con el recado a decirle a La Charrita que la buscaban; cuando ella se presentó, les dijo:
Buenos días. ¿ Qué se les ofrece ? ¿ Para qué soy buena ?
Ellos respondieron:
¿ Usted es la vieja del bandido Pancho Villa ?
A La Charrita, esos hombres le contestaron palabras no muy recomendables. Venimos por el dinero del bandido.
La Charrita, les respondió:
Yo no tengo nada, el General Pancho Villa nunca tuvo guardados tesoros o dinero.
Aquellos insolentes hombres sin respetar el luto que guardaba mi mamá, le replicaron:
¡ Mire, mujer, si lo tiene es mejor que lo vaya sacando !
La Charrita, les inistió enérgicamente:
¿ De donde quieren que lo saque ?
Yo no tengo dinero escondido. Los billetes y monedas de oro que el General Pancho Villa les quitaba a los ricos y a los hacendados explotadores de los campesinos, los repartía entre gente pobre y necesitada.
En esta parte de su narración a Lupita Villa, la invadió la ira al momento que me dijo:
¡ Aquellos hombres no eran más que unos lenguaratanes !
No se les podía llamar de otra manera, groseramente le decían a mi madre La Charrita unas palabrotas junto con gritotes amenazándola que si no les entregaba el dinero la matarían.
Yo estaba aterrada prendida a las enaguas de mi mamá.
¡ Y les gritaba no la maten, no la maten !
¡ Aquí no encontarán riquezas, nosotras y mi ‘apá siempre vivimos sencillamente !
A mi mamacita le tenían la pistola puesta en el pecho, yo les seguía implorando.
Aquellos malos hombres le decían a La Charrita, que si no me callaba, me iban a cortar la lengua. Créame que sí lo hubieran hecho; afortunadamente no me la trozaron gracias a la mujer villista que les había abierto la puerta, y que salió corriendo para traer al General de División José Jesús Arias Sánchez y al Mayor Francisco Muro Ledezma para que nos auxiliaran. Fue la enérgica intervención de estos valientes revolucionarios villistas, la que obligó a esos rufianes desalmados a suspender sus amenazas.
El General Arias Sánchez y el Mayor Muro Ledezma, discutieron con esos intrusos y les recriminaron:
¡ Eso no se hace con una señora y menos asustar a su niña !
¡ Son ustedes unos aprovechados ! ¿ No les parece ?
Cuando aquellos villistas pusieron en su lugar a aquellos ladrones, éstos gritaron:
¡ No crean que nos vamos muy tranquilos, volveremos, eso sí se los aseguramos !
Mi madre se puso muy mala a causa del profundo susto que le provocaron cuando la querían asesinar, junto con la amenaza de que a mí me iban a cercenar la lengua.
Yo, Lupe Villa Quezada recuerdo con mucha tristeza que La Charrita me abrazó y llorando me dijo:
Mira hija, yo participé con el General Pancho Villa en los combates y jamás tuve miedo, con valor disparaba el rifle para hacerle frente a los pelones, pero al escucharte llorando, suplicándoles a aquellos malvados que no me mataran, y verlos como se ensañaban más insistiendo en que te arrancarían la lengua; en aquellos momentos mi Lupita sí sentí más que miedo…fue terror al no poder defenderte.
Yo a la que nombran La Charrita sentí un angustiante dolor cuando aquel hombre sacó la navaja muy decidido. Nos llevamos el peor sobresalto de toda una vida,
Estas son palabras que yo Guadalupe Villa Quezada recuerdo de mi madre. Las amenazas de aquellos perversos tipejos enviados por el gobierno le perjudicaron su salud, ella empeoró, no hubo medios, se agotaron los recursos económicos, mi mamacita se puso muy grave, tenía un color tan amarillo como la yema del huevo; a los dos meses no cumplidos de que asesinaran a mi papá, se murió mi linda Charrita, como siempre la llamaba mi papá.
El General Francisco Villa cayó acribillado por sus cobardes asesinos el 20 de julio de 1923 y mi linda madre Aurelia Severiana Quezada Romero La Charrita, falleció el 2 de septiembre del mismo año.
Las viudas de los villistas y yo nos quedamos completamente solas, sin alguien que nos diera una palabra de aliento, algo que nos levantara el ánimo, fuimos muy infelices en aquella amarga época.
©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.
El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual, sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y sus créditos por las fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes.
https://www.youtube.com/watch?v=pFjkMHL8VB4 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados de Manuel Peñafiel
https://www.youtube.com/watch?v=pigqK4rm-y0 – Enlace para ver de manera gratuita en Youtube el documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado de Manuel Peñafiel
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