EL MUSEO GRÉVIN EN PARÍS, SINFONÍA DE ECOS Y PENSAMIENTOS - CAPÍTULO 2 DE 4 ©MANUEL PEÑAFIEL, FOTÓGRAFO, ESCRITOR Y DOCUMENTALISTA MEXICANO.

El Museo Grévin en París, sinfonía de ecos y pensamientos – Capítulo 2 de 4 ©Manuel Peñafiel, fotógrafo, escritor y documentalista mexicano. Después de disfrutar una nutrida charla con el filósofo, escritor, novelista, dramaturgo y activista político Jean – Paul Sartre, me dirigí a la cantina Le trou dans le mur donde estaba seguro que hallaría a Ernest Hemingway; cuando entré a dicho lugar, el escritor llevaba varias horas de estar ingiriendo licores, así que no me sorprendí cuando me saludó con una mezcla de inglés, español y francés. Veo que vives igual al título de tu novela París era una fiesta, le dije. ¿ Qué quieres que haga ? , replicó. Mi psicoanalista es mi máquina de escribir, y cuando no la tengo cerca de alguna manera tengo que apaciguar a mi cerebro atribulado por traumas y tragedia. Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callar. De niño mi neurótica madre me vestía de mujer, llamándome Ernestina, y el bofo de mi padre no tuvo el carácter para impedir tal aberración, en cambio, descargaba su frustración personal infringiéndome castigos físicos. Él era ginecólogo, ¿ cómo olvidar la ocasión en que me pidió acompañarlo a un difícil parto ? Aquella mujer gritaba de manera tan atroz que su marido se quitó la vida al no resistir tal agonía. Tiempo después, el cobarde de mi padre se suicidó agobiado por una enfermedad incurable. Durante las guerras en las que participé como chofer de ambulancia y corresponsal de guerra vi a la muerte desmembrar a civiles y a soldados; yo mismo estuve a punto de morir en la Guerra Civil Española en la cual me involucré para describir la justa causa de los republicanos; después de su masacre infringida por el dictador Francisco Franco a los hombres y mujeres que anhelaban ideales democráticos, escribí la novela Por quién doblan las campanas; con la cual intenté demostrar que la pérdida de libertad en cualquier parte del mundo es señal de que la libertad se encuentra en peligro en todas partes. Pero, tú Peñafiel no te has sentido derrotado…aún compones melodías fotográficas aunadas a imágenes de protesta contra la corrupción. Ernest Hemmingway continuó con su chispeante charla: Por cierto, déjame decirte que un idealista es un hombre que partiendo de que una rosa huele mejor que una col, deduce que una sopa de rosas tendría mejor sabor. Y luego Hemingway, exclamó: Hey you, mexican artist !, aprovechando que estás aquí, regálame uno de los cigarros puros veracruzanos que sueles disfrutar, y pide una copa para acompañarme, sé que te gusta el vodka en las rocas, manifestó mi barbado amigo. Eso bebía yo cuando vivía en la Ciudad de México, ahora en París disfruto la champaña, y cuando regrese a Cuernavaca, celebraré con pulque o mezcal mi retorno a casa, le aclaré. Aguardé a que Ernest encendiera con un cerillo de madera mi aromático obsequio de tabaco, y mientras las volutas de humo emergían de su boca, aproveché para decirle que no podía acompañarlo en las delicias etílicas, debido a que aún faltaban personas a quien yo deseaba visitar en el interior del Museo Grévin. Bueno, tú te lo pierdes, me respondió Hemingway; pero si regresas a París, ya sabes donde encontrarme, frecuentemente me hospedo en el Hotel Ritz, o acude a esta misma taberna Le trou dans le mur, por cierto, ¿ sabes lo que significa el nombre de este bar ? El hoyo en la pared, respondí. Ernest Hemingway me detuvo aferrándose de mi brazo, y con agrio susurro, me confesó al oído: Un hoyo es lo que un día le haré a mi cabeza con una escopeta, cuando mi depresión se torne intolerable. No digas eso, le amonesté severamente. Pero ahora que mencionas los disparos, es imperdonable que te guste la cacería, y halles placer matando bellos leones africanos. Ernest me dio la espalda, apuró el contenido de su vaso, y malhumorado gruñó: Creo que me paso el tiempo cazando animales y peces para no matarme a mi mismo. El funesto presagio de aquel prolífico escritor, me entristeció. De vuelta a su casa, Hemingway cumplió la sentencia; asentó la frente contra los cañones de su escopeta, dispersando su talentoso cerebro en grotescas manchas sanguinolentas y viscosas por toda la habitación, esto sucedió al alba, su trastorno bipolar maniaco depresivo lo arrastró durante el polo matutino, periodo de mayor malestar y desplome anímico al comenzar el día. Después de mi encuentro con aquel desdichado escritor, llegué a la conclusión de que la existencia humana en este planeta es una canasta rota, cuando el ser humano acumula ciertos logros un hueco en la personalidad los deja escapar, el talento es la piel desnuda de los sentimientos, una nube los puede acariciar, sin embargo, las espinas de la mente se clavan durante las insomnes noches. La inteligencia es hermana de la insatisfacción, concluí ásperamente. ©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual, sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y sus créditos por las fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes.
©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual, sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y sus créditos por las fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes.

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